Texto contextualizado: |
hoja: muerto estoy. Mas apenas hube acabado de pronunciar esta amarga frase, la propietaria del agraciado rostro me arreó una sonora bofetada en toda la cara, con lo cual renació mi esperanza de estar vivo. Dos lagrimones de dicha resbalaron por mis mejillas hasta remansarse en el acerico de mi mentón barbado, mientras una voz conocida me decía: --No te vuelvas a dormir, coño. Gradualmente fui entreviendo las facciones de la Emilia, la parte superior de su cuerpo y |
LAB:131.03 |