: aquí ya está sucia desde que se levanta, mírala... Pero ¿ te has dormido ? Tienes derecho, es la hora del relevo. Me encargo de la guardia. Duerme, compañerito.» Se aparta de la ventana y coloca al niño en su cuna. Luego se sienta en el suelo, espalda contra la pared. «Duerme tranquilo, soy buen centinela. Me gustan las guardias, me dan tiempo a pensar. Sin distraerse, claro, pero recordar