la a él y la imaginó llena. Sin pensárselo, pasó las piernas sobre el borde y se metió dentro. Allí, agazapado, preparó la resistencia al dolor. Empezó a balancearse, atrás y adelante, y poco a poco se acompañó canturreando; era una canción que le recordaba a su madre. También recordó al viejo. El viejo de la cuadra moqueaba todo el día; le sentaban y levantaban, le traían y llevaban y moqueaba todo el día con