demás excitado y no paraba de hacer comentarios del siguiente tenor : --Digo yo que por qué no nos mandarán a perseguir chavalas en vez de cucarachas, ¿eh, tú? Y que yo le conminaba a guardar silencio para no espantar la caza. Pero no había quien lo hiciera callar, y menos aún cuando creyendo haber encontrado al tacto, pues estaba la noche como boca de lobo, el caparazón de un escarabajo y habiéndole asestado un golpe demoledor, se pulverizó