los, a excepción de un amplio pórtico de piedra lleno de arcadas de medio punto. Lo que, ante todo, llamaba la atención del visitante era la privilegiada situación del templo. Se hallaba en una alta cima desde la que se divisaba toda la extensión del lago. En aquel mediodía radiante, la posición del sol hacía fulgir allá al fondo --casi en tierras griegas-- otro lago, el de Prespa. Por allí debía de estar la ruta que Jano pensaba seguir