Texto contextualizado: |
Te levantas, pones el periódico bajo el brazo, te ajustas con naturalidad el sombrero, extiendes bien la bufanda entre la chaqueta y el impermeable, cruzas la sala con paso resuelto, sorteas la cola de los compradores de cigarrillos, te diriges hacia la puerta cuando oyes gritar a alguien detrás de ti, escuchas unos pasos precipitados y sientes que te tiran enérgicamente de la manga. No es el evanescente conspirador oteka sino el camarero: como siempre que flipa bajo la influencia del |
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