trazar un gráfico, un cuadro clínico, de su irresistible ascensión. Nada o casi nada al principio: algunas inscripciones en tiza, trazadas por mano cuitada y furtiva, obra probable de niños noveleros e inquietos, deseosos de hacerse notar. Unico rasgo distintivo: su ininteligibilidad. Estaban compuestas en un alfabeto extraño y los viejos habitantes del barrio pasaban junto a ellas sin advertirlas, como si fueran monigotes caprichosos. Las figurillas absurdas se repetían con todo a lo largo de