, colorearán las delicadas mejillas. Su rostro soñador, las manos inmóviles en el regazo, la tela arrugada del vestido sugieren la existencia de una sensualidad naciente, tal vez la velada invitación a un dios todavía desconocido: algo como para robar el sueño al imaginario catador y estimular súbitamente su apetito. ¡Es el momento ideal para dejar caer una estampita a vuestros pies y suplicar que la recoja con sabia y bonachona sonrisa! Abriréis entonces la gabardina y se la enseñaréis: ¡
PAI:117.29
ROBAR - Quitar. Hacerse con un bien ajeno apropiándose de él.