respiraba el delicado perfume de los rosales, pero pronto un nuevo chaparrón caía ruidosamente sobre los ramajes, se apagaban las velas y me veía obligado a entrar dentro de la casa. Luego la lluvia cesaba unos momentos y yo volvía a encender las velas para que te guiaras. No debí dejarte ir sola; no comprendía tu retraso. Yo, por entonces, estaba ciego de ti, de tu presencia, de tus ausencias, de tu amor; borracho de aquella naturaleza
CAR:144.20
ENCENDER.1 - Hacer arder, incendiar o prender fuego.