los nombres de sus grandes jornadas victoriosas: "Nosotros somos los de Maratón y Salamina, los de Platea y Micala". Identidad es negación, execración y destrucción del otro, y el otro es siempre el malo sobre quien se expulsan y proyectan todos los propios demonios interiores. La ingenuidad idílicamente racional del economicismo marxista y no marxista, que mira las guerras como conflictos de intereses, sobrevuela como un factor superestructural lo que está en la estructura de la guerra misma: su