apoya el templo de la luz. (Le sucede algo y, como a su pesar, habla con otra voz.) «¡Calla!» (Sigue con su voz.) ¡Angeles de Netsah y de Hod, colocadme sobre la piedra cúbica de Gesod. Aleluya, alelu... (Interrumpe la otra voz.) «¡Que te calles!» ROCIO.- Se va a ahogar. CARMIÑA.- «Aquí estoy. ¿Qué queréis?