te pregunten --dijo el cabo de la Guardia Civil--. Y ponte algo, so degenerao, que hay una señorita presente y tú aquí enseñando el manubrio. Uno de los números me prestó su capote con el que me arropé. --Y ahora --prosiguió diciendo el cabo-- explicanos a qué jugabas. --Estaba tratando de impedir un terrible acto de sabotaje, mi comandante --dije yo. --¿Y quién lo iba a cometer, guapo?