que me enciendan un cigarrillo. (Su madre ha ido a entregarle el cigarrillo encendido.) Gracias. EMILIA.- Has enumerado dos, pero me figuro cuál es la primera. ¿Tan temprano, hija? ¿Sin lavarse los dientes y somnolienta todavía? ADELA.- (Sonriendo.) Es mi hora preferida. Te espabilas maravillosamente. Luego te encienden un cigarrillo, te llevan en brazos a la ducha y tu compañero te frota la espalda. EMILIA