paso a la de Julio Iglesias que entonaba "De niña a mujer", y otros indiscutibles hits, a cuyos acordes hasta los esqueletos parecían balancear alegremente sus cóncavas pelvis. El túnel se hacía a veces tan angosto que teníamos que avanzar de perfil o a cuatro patas. Luego se abría en un nuevo recinto en el que se arracimaba otra promoción de difuntos. En todo momento, empero, el túnel ascendía hacia lo que, según mis cálculos, debía de ser la