como loca durante horas por los alrededores de la casa, sin fijarme más que en mi propio movimiento. Entonces decidí salir a tu encuentro y buscarte entre las huellas que habías dejado en otra ciudad: Sevilla. Mamá quería marcharse a Santander. Su hermano vino a buscarnos. Yo le rogué que me permitiera pasar sólo unos días con tía Delia, en tu ciudad. Ella accedió. Josefa se quedaba sola en nuestra casa. Yo me volví sorda y