una expansión política, militar y, sobre todo, económica. Ni los ingleses ni los franceses ni los holandeses intentaron seriamente convertir a los súbditos coloniales, como antes lo habían hecho los musulmanes y los católicos españoles y portugueses. Moscú regresa a la antigua fusión entre el poder y la idea, como los imperios premodernos. El despotismo burocrático ruso es una ideocracia imperialista.