eran personas serias y ejercían profesiones importantes: el médico, el notario, el dentista, el catedrático de griego. En una mesa de mármol, bajo la estantería colmada de medicinas, el padre encendía un infernillo. Sobre el fuego colocaba la tetera de peltre, y del armario de caoba en que archivaba facturas y recetas sacaba una bandeja con un juego de tazas y platos. Extraía de un tarro hojas verdosas con la punta de los dedos, las echaba en el agua