exportaba a Europa, principalmente a través de su boyante industria cinematográfica. El foco de fascinación mundial, que en las primeras décadas del siglo XX emanaba de Francia y dictaba la moda desde la «Ville Lumière», se había ido desplazando a la antorcha de la estatua de la libertad. Más o menos a partir de 1925, fecha en la que, según un escritor español: