Sí? ¿Dónde? --Con papá. --¡Eres un imbécil! le grité. ¡Papá no es como dice tía Elisa! --¿No? Pues si te atreves, buscala en su cama. Entonces me marché ofendida, sintiendo un repentino malestar. Y recordé los tacones altos de Bene retumbando en el pasillo aquella misma noche, y a tía Elisa que la detenía muy cerca de la puerta cerrada de nuestro padre.