que suscitó en la revista Destino una larga polémica, la señorita X. escribía el 21 de septiembre de 1946: Es absurdo colocar a la mujer fuera de su centro, que es el hogar, fomentando unas ideas que forzosamente han de desplazarla y desorientarla. Si distinta es la mujer del hombre, distinta ha de ser su educación... y sabemos hasta qué punto el hombre se desanima al ver los resultados de una persistente camaradería.